Enamorate me dices,
y yo te respondo:
Cada día.
De su mirada tierna,
sus mimos y su infinita
alegría,
de su compañía constante,
su graciosa curiosidad y sus torpes
muestras de agradecimiento,
de sus viejos miedos, por quedar en el pasado
y su nueva vitalidad.
Cada día.
Al despertarme y verle a mi lado
habiendo comprovado,
como cada noche,
que no lo he abandonado.
Al saber, que su mayor miedo
es que yo me aleje de su lado.
rbk
escrito a principios de 2013